viernes, 24 de agosto de 2012

EN EL SOLAR DE LAS GRACIAS

¿Facultad poética? ¿Verdad de existir? ¿Sufrimiento de ser? Sólo el sentimiento alcanza a ver del otro lado del aire a unos ojos invisibles; hacia ellos se ha vuelto, y se vuelve,  como los altos juncos pálidos, cuando a orillas de un lago se reclinen, unos sobre los otros, para danzar al silencio  de los labios que, en ese mismo rostro imóvil, van -están-  con esos ojos. En la orilla, en un delgado y débil sendero, hay todavía unos pasos que se hurtan a su propio dolor, cuando al presentir que eran mirados, que eran seguidos desde lo invisible, quisieran comprender...

Ver
a otro cristal
de este lado de ese mismo cristal

La nostalgia ignora lo ausente para saberse nada más a sí misma, como lo ausente puede saber de sí sólo por la nostalgia. En los atardeceres las golondrinas se juntan en bandadas oscuras que ocultan el firmamento al pasar, por un instante, ese enigmático instante de lo eterno, cuando la obediencia era o es ofrecimiento, y éste elevación. El abismo también tiene linderos en lo infinito... O en la ensoñación de la alegría y la angustia.

El cielo
que mira dese el cielo
a lo celeste
es una caravana en el desierto

Había iniciado ya su término; había dado témino a su iniciación, así en la piedra, de súbito, se abren unos pétalos. Se imagina en la urdimbre de llamados y ecos. Pero del otro lado del aire, la facultad poética, la verdad de existir, el sufrimiento de ser y estar consciente, saben al fín que en el aire hay otras presencias, únicas y últimas, si también transparentes: objetos,  cristales, prismas, duelos,  palabras, manos, pétalos, armaduras: el tacto, el llanto, el callar y el iris de una Gracia.

martes, 14 de agosto de 2012

DE HERNANDO VALENCIA GOELKEL

TEMOR A LA LÍRICA...
¿Poesía o Lírica ante emoción y mundo, sensibilidad, visión o historia como opuestas a la conciencia poética, ajena a alguna determinada e inmediata función? "La lírica nunca ha sido popular; hay mucho de verdad en aquello de que el poeta escribe para los demás poetas. Me parece que hay dos razones para ello. Una, el carácter áspero, exigente, de la comunicación lírica. No voy a pretender que la relación entre poesía y lector debe establecerse como si el poema fuera algo totalmente cerrado y concluso, y el lector una conciencia tan sólo, una subjetividad pura. Pero sí que la lírica ofrece muy pocas mediaciones, muy escasas aproximaciones. No hay instancias sociales a las cuales acudir; no hay tampoco instancias conceptuales; en rigor, no existe una `poética´ aplicable a la lírica. Son pocos los instrumentos de que el lector dispone para juzgar o para escoger; además, tiene que hacerlo, y es bien sabido que pocas cosas hay que susciten rencor como la necesidad de la elección, de la escogencia personales.

`La segunda razón sería que la lírica es un género crepuscular. No se trata,insisto, de una autonomía integral por medio de la cual sólo en sí misma se hallaran las claves, los signos, los sentidos. No: la lírica también, como la novela o el teatro, nos refiere a un mundo. Sólo que se trata siempre de un mundo caduco. Cuando la lírica transmuta poéticamente las ideas, las costumbres, las creencias, los afanes de una sociedad, de un período (y toda gran lírica lo hace soempre) es porque ese repertorio está expirando. La poesía hace entonces un enorme esfuerzo de inelección, un trabajo de síntesis desmesurado, para decir: todo esto fué...La lírica es elegíaca; en ella las cosas y los seres y los instantes aparecen con una intensidad perfecta. Pero se trata de la perfección de lo concluso; a lo caduco le confiere la lírica una final realidad esplendorosa, pero es su realidadúltima. Los hombres, los pueblos, los amores no comienzan con ella sino que en ella concluyen: es su última transformación, su más exaltada metamorfosis.

`Esto lo saben o lo atisban las gentes y por eso la temen o la odian y, resentidamente, la deforman y adulteran. Tienen buenas razones para ello: no se debe mentarla soga en casa del ahorcado. Por eso la buena poesía vive mal y sobrevive bien"
H. V. G.